Hay un refrán muy antiguo que no deja de tener sentido “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Muchas organizaciones ambientalistas, Congresistas y aiseninos recibieron con una grata sorpresa casi como un triunfo épico la decisión del grupo Matte (dueños de Colbún) de suspender la tramitación ambiental de la línea de transmisión del megaproyecto eléctrico Hidroaysén. La lógica básica y el sentido común establecen que sin red de transmisión una hidroeléctrica es inútil.
Sin embargo, miremos con cautela esta disposición de Colbún porque en definitiva lo que queda claro hoy, y de acuerdo a las disposiciones legales y las estrategias o manejo de las políticas energéticas del país, es que cualquier inversión de estas magnitudes tiene un riesgo alto si no tiene un papá gobierno que cuide sus intereses.
Por lo tanto, se puede tomar como una presión, tomando en cuenta que los montos invertidos en la generación y trasmisión de energía en este megaproyecto son cuantiosos y que la proyección a 20 años en la demanda de energía para el desarrollo del país es una realidad.
Entonces el gobierno tiene la pelota ahora .Un gobierno que está bajo en sus encuestas, un gobierno que necesita apoyo ciudadano pero cada cierto tiempo muestra su ADN empresarial.
Lo positivo de esta situación es que es la oportunidad de poder hablar en serio sobre la matriz energética del país. Con la participación de los legisladores, técnicos y ciudadanía. Quizás la consigna a futuro sea para un megaproyecto un megacuerdo.
Patricio Rivas Muñoz
Docente Educación Ambiental
Universidad Católica de la Santísima Concepción