Biobío y el desafío solidario en el trabajo


El 1° de mayo nos recuerda que en 1886 miles de trabajadores en Chicago, Estados Unidos, pedían tener hasta ocho horas diarias de trabajo, ocho de descanso y ocho de recreación. Estas prerrogativas hoy son un derecho incuestionable, fruto de la organización social, el pensamiento en sociedad y la búsqueda colectiva del bien común. Es que en la sociedad  pre-industrial no existían los derechos laborales, que actualmente son fruto de un lento proceso de discusión, tristezas y pérdidas humanas.

Según los últimos antecedentes sobre desempleo a nivel nacional, ese mal -que parece ser una epidemia en países europeos y desarrollados como España- ha disminuido. Sin embargo y paralelo a esas mejoras que registra Chile en términos generales, la Región del Biobío aún no puede hablar de triunfos. La misma zona calificada como una de las más industrializadas del país, habitualmente tiende a sumar puntos en los índices de desempleo.

¿Cómo es esto posible, teniendo presente que uno de los elementos que une a la sociedad, es la solidaridad? Actualmente la solidaridad, que se caracteriza por la realización de una tarea colectiva, se complejiza en forma creciente ¿Cómo se enfrenta esto? El Trabajo Social tiene algo que decir al respecto, a través de la potencialización de la solidaridad centrada en el bien común y relaciones interpersonales basadas en el respeto, toma de acuerdos conjunta y comunicación fluida y permanente, considerando que el trabajo  representa la posibilidad de desarrollo individual y colectivo: es el espacio en que se relacionan y se ponen en práctica las ideas, el conocimiento, los intereses personales, institucionales y de país.

El trabajo es “con otros”, se establecen relaciones interpersonales con individuos  que piensan diferente, de valores y principios distintos, con los cuales nos relacionamos para el logro de uno o varios objetivos comunes. Por lo tanto, es en el espacio laboral donde se enfrentan con mayor frecuencia desafíos como capacidad de adaptación, flexibilidad, cooperación o disposición al cambio. Para esto es necesario respetar, además de mantener una comunicación fluida, oportuna y permanente, compartiendo los conocimientos y la información, es decir, compartir el poder ¿Se está preparado para ello? ¿realmente se quiere compartir el poder?. Es necesario.

El Día del Trabajo, nos recuerda que los actuales derechos que se ejercen en el ámbito laboral, son fruto del compromiso, visión, entrega y  dignidad de personas que pensaron en un  futuro mejor y lo lograron, no sólo para ellos, sino para los trabajadores a nivel mundial. Buscaron el bien común que hoy disfruta laboralmente cada uno de nosotros y que probablemente desearía disfrutar esa amplia porción de personas que se mantiene desempleada, con más fuerza en la Región que en el país.

Mg. Norma Pradenas León
Académica Carrera de Trabajo Social
Universidad Católica de la Santísima Concepción