Aspectos que amenazan nuestra Tradición


La finalización del mes de octubre, es una fecha que de alguna manera tiende a incomodar al mundo cristiano. Bien sabemos que el día 1 de noviembre, nuestra Iglesia nos invita a conmemorar la solemnidad de “todos los Santos” mártires, que en el siglo IV dieron su vida por la fe; sin embargo, dicha fiesta cristiana se ha visto amenazada por el olvido en la sociedad actual debido a lo siguiente.

-Cada año y con mayor fuerza podemos ver que aquel día 31 de octubre, gracias al influjo ejercido por Estados Unidos (facilitado por la televisión e internet), Chile se dispone a celebrar una fiesta totalmente lejana a las raíces de nuestra América latina. Hablamos del controversial “hallowen” o “noche de brujas”; celebración perteneciente al mundo celta y heredada por los países anglosajones. Es en Irlanda donde se realizaban fiestas y ritos para comunicarse con los muertos, pues, se creía que durante esa noche caminaban entre los vivos.

-Por otro lado el mundo satánico ha elegido la misma noche para celebrar su año nuevo. Según varios testimonios como el del ya fallecido padre Gabriele Amorth, que podemos encontrar en libros y revistas, se asegura que durante esta “fiesta” se efectúan distintos rituales en honor a la figura de satanás en desmedro de la fe y del mismo Dios.

Al igual que ha ocurrido con muchas culturas en el pasado, el cristianismo se está viendo amenazado por la pérdida de memoria y respeto de nuestras tradiciones, además del olvido de sus significados. La moda y lo llamativo tienden a apartar de la vida y tradición espiritual, sobre todo a la juventud; y para otros, todo aquello que signifique desafiar a la Iglesia gana espacio en nuestra sociedad.

La fiesta de hallowen es simplemente un sincretismo de costumbres que han desembocado en historias y actividades divertidas. Su relación con todo tipo de horrores inexistentes que nos atemorizan pero a la vez atraen y su irrupción en los dibujos animados, han sido el gancho para que este tipo de fiestas se posicionen en el país. Sin embargo, cuando hablamos del año nuevo satánico enfrentamos algo distinto, no en cuanto a lo que son estas sectas en sí, sino a los actos que realizan sus adeptos. Rituales y supuestos sacrificios amenazan la integridad de las personas y signos religiosos, los que con el tiempo se han ido mezclando y camuflando con las, muchas veces, inocentes y divertidas actividades de la noche de brujas.

Como creyentes debemos tener claridad ante lo importante en relación a lo que simplemente es entretención o riesgo. Es primordial que nuestras tradiciones sigan siendo transmitidas, pero no como una campana hueca, sino con el contenido y la esencia original. ¿Cuantos de nosotros tenemos claro el significado real de la fiesta de “todos los santos”? ¿Cuántos de nosotros sabemos que en aquel tiempo hombres, mujeres y niños se durmieron bajo el filo de una espada o el calor de una hoguera por no negar a Dios? y por ello la Iglesia los considera santos de la historia. ¿Cuántos de nosotros tenemos la delicadeza de dedicar ese día, o por lo menos un minuto de el en memoria de los mártires? o simplemente, ¿nos enfrentamos al olvido de la tradición viviéndolo como cualquier día libre? El llamado que podemos hacer es a no olvidemos el valor de la historia y los aportes que ésta entrega a nuestra vida de fe. Enfrentando la noche del 31 de octubre como lo que es, una fiesta entretenida que no puede doblegar la tradición de la Iglesia.