Desde el surgimiento de las Tics (Tecnologías de la Información y Comunicación), éstas sin duda han provocado grandes cambios a nivel educativo. Éstos han sido sobretodo en las metodologías de enseñanza-aprendizaje, lo que según diversos autores como Méndez (2012), han traído innumerables beneficios al favorecer la integración, el dinamismo y la interacción con los estudiantes, acercándose a este mundo virtual que es parte de su cotidianidad. Sin embargo, no se encuentra exento de riesgos, incluso del más grande, la despersonalización de la educación. La pregunta que debemos hacernos como docentes es: ¿cómo evitamos caer en ella?
La despersonalización es un riesgo constante en este mundo tecnológico actual, en donde la prioridad se centraría en el medio (la metodología) más que en el fin (el estudiante). Sabemos que para muchos la mayor motivación como docentes son los estudiantes, cómo hacer de ellos mejores personas y mejores profesionales. Esta tarea no es fácil, pues implica un proceso de conocimiento de dos personas, muy complejas y con distintos niveles de acción (biológico, psicológico, social, cultural y espiritual), que se conocerán en un marco de colaboración mutua. El punto de énfasis es que no se está frente a cualquier estudiante, sino de uno en particular, con distintas motivaciones, sueños, metas, entorno familiar y social, etc.
La manera más eficaz de que él pueda integrar el conocimiento de una materia en particular, es logrando que pueda darle un verdadero sentido a lo que se le está enseñando (Seligman, 2002), el sentido no se lo da el docente, sino que él lo acompaña en este proceso de descubrimiento, en donde no sólo descubre cosas externas, sino también a él mismo.
Además de ello, mientras más el docente se acerca al mundo tecnológico, más fácil será captar el interés del estudiantes. Las Tics de este modo nos están otorgando una gran oportunidad, cual tesoro existente, pero sin mapa para llegar a él. Esto, debido a que no tan sólo las usa el docente, sino que permite al estudiante crear material, en donde tiene la oportunidad de innovar y dar a conocer facetas de su personalidad, pues también se abre un abanico de diversas maneras de evaluar, lo que sin lugar a dudas afianza esta relación académica, impidiendo el anonimato de los estudiantes.
Así lentamente se va superando un error muy común en la academia antigua, el darle todas las instrucciones a los estudiantes para la elaboración de los trabajos, posteriormente cuando egresaban, eran meros técnicos, sin capacidad de crear e innovar, la culpa… claramente de una educación reglamentaria y normativa, con las manos del estudiante atadas, impidiendo mostrar talentos y dar lo mejor de sí.
Desde el otro lado de la vereda, es decir de las Tics al servicio del académico, ha pesar de existir muchas, no solamente hay que saber ocuparlas, sino que centrar la atención en el estudiante, es decir una educación personalizada. Como mencionamos no estamos frente a un estudiante ”cualquiera”, sino uno al cual debemos conocer, valorar y querer que cada día pueda tener más herramientas para que a futuro pueda seguir perfeccionándose en todos los ámbitos. Aunque como docente ocupemos todas las Tics disponibles y seamos los docentes más tecnológicos, si no realizamos antes la primera fase del trabajo personalizado, no veremos cumplidos nuestros objetivos y los del estudiante.
Otro aspecto y oportunidad de las Tics es poder dirigir nuestra labor hacia la comunidad, pudiendo hacer que los jóvenes generen Tics y ponerlos al servicio de colegios, instituciones, etc., de manera que encuentren el valor real del conocimiento adquirido, sabemos que hay un sentido a largo plazo, pero también poder obtener uno a corto plazo generará motivación, entusiasmo, favorecerá el trabajo en equipo, liderazgo positivo, etc.
Concluyendo, para evitar caer en la despersonalización debemos recordar que las Tics son una gran oportunidad para:
1.-Personalizar y dirigir de mejor manera nuestra labor, facilitando el conocimiento de nuestros estudiantes, de ésta manera por medio de las Tics ellos pueden crear e innovar con material creado por ellos, material que irá marcado con un sello característico de su personalidad.
2.-Facilitar la integración de los contenidos, pues la metodología es atractiva y se acerca a sus intereses.
3.-Ver en este riesgo de despersonalización una oportunidad, oportunidad de entregar a los jóvenes herramientas para sacar a relucir lo mejor de sí.
4.-Permitir recordar uno de los mayores sentidos de las universidades, ir en servicio de la comunidad, pudiendo generar material audiovisual que vaya destinado a instituciones, colegios, fundaciones, etc., de manera de ser un aporte real en la búsqueda de crear una sociedad mejor.