Japón es reconocido por ser uno de los países mejor preparados para resistir un mega tsunami y aún así fue parcialmente devastado por uno. Ellos cuentan con un sistema de alarma que informa la altura de la ola y la hora estimada de arribo para cada zona de la costa. Esta información es entregada a la comunidad a través de la televisión y por celular, y es continuamente actualizada a medida que se mejora el pronóstico.
Un reciente estudio realizado en Japón, demostró que la población no afectada por el tsunami del 11 de marzo incrementó el umbral de evacuación desde alturas de olas de 1m a alturas de olas de 3m, es decir, la percepción ciudadana post tsunami es de que sólo una ola de 3m de altura los haría evacuar sus hogares, aun cuando el gobierno en sus campañas de prevención siempre ha sostenido que una ola superior a 0,5m de altura es capaz de arrastrar a una persona.
En contraposición, durante el terremoto y tsunami en Chile, la gran mayoría de la población evacuó sin recibir ningún tipo de alarma o información oficial para ello, sólo les bastó la intensidad del terremoto ocurrido.
Estos resultados aparentemente contradictorios, dejan en evidencia que la población japonesa, no está preparada para recibir el caudal de información que el gobierno genera mediante su sistema de alarma de maremotos. Hoy, que estamos intentando desarrollar nuestro propio sistema de alarma de tsunami, debemos buscar soluciones directas y simples para informar a la ciudadanía, enfocándonos más en ayudar a la toma de decisiones correctas, que en entregar información de poca utilidad, cuya mal interpretación pueda generar una falsa sensación de seguridad.
Mauricio Villagrán Valenzuela
Académico Facultad de Ingeniería
Universidad Católica de la Santísima Concepción
.