He vivido más de la mitad de mi vida en la Región del Biobío y cerca de siete años en la Provincia de Arauco, la que cada día me regala imágenes, sabores, aromas, experiencias inolvidables.
Para el habitante cotidiano puede que este entorno no encierre novedad ni atractivo; sin embargo, el afuerino capta desde el primer contacto una riqueza que está disponible y receptiva a quien quiera disfrutar de sus maravillas. Su diversidad es exuberante y goza de un sello que le hace único y riquísimo, tanto para sus habitantes como para sus visitantes: costa, cordillera, valles, lagos, lagunas, ríos, dunas; una naturaleza en espera de ser descubierta.
Pero, además, cuenta con una historia o más bien varias historias que han conformado el territorio: la del minero y su esforzada vida, los arrieros en plena cordillera en busca de cobijo, la de los piratas tras botines y tesoros, la del pueblo mapuche y la del conquistador español, la de extranjeros que llegaron para quedarse y tantas otras por escribirse.
Sin duda, esta provincia cuenta con la materia prima de sobra para afianzar el Turismo de Intereses Especiales y esta afirmación es respaldada por empresarios incipientes que se han atrevido a invertir en esta actividad económica y que son ejemplo de un espíritu emprendedor que sobrelleva las dificultades.
Ser docente de la carrera Técnico Universitario en Turismo de la Ucsc en el Campus Cañete me ha permitido enfrentar grandes desafíos e ir a la vanguardia de iniciativas surgidas desde los propios estudiantes que desean ser los mejores anfitriones de este contexto que les ha tocado, por fortuna, habitar.
Quiero que este artículo sea una invitación para todos aquéllos que tienen espíritu aventurero y no temen avanzar por este territorio plagado de sorpresas.
Nathalie Espinoza de Rosa
Docente Carrera Técnico Universitario en Turismo
Universidad Católica de la Santísima Concepción
Campus Cañete