1809: El Cabildo de Santiago y el Gobernador Carrasco


Al finalizar el año 1809 la agitación se apoderaba del reino de Chile. El descontento suscitado por la administración de Carrasco se hacia más patente, en medio del cansancio en que se encontraba el espíritu de algunos sectores de criollos por  la subsistencia de un régimen que chocaba con las aspiraciones hacia una sociabilidad moderna. Frente a ello, cualquier germen español era fruto de descontento.

En este sentido el Cabildo de Santiago se erigía como cuerpo de representante de las aspiraciones de estos sectores y principio de oposición y resistencia al gobernador Carrasco. El Presidente durante su mandato se había empeñado en desconocer una serie de ordenanzas tales como la del nombramiento de alcaldes y procurador de la ciudad, que recayeron en Don José Nicolás Cerda y Don Juan Antonio Ovalle. La elección de estos personajes encontró el más absoluto desagrado de Carrasco, dedicando a causa de ello algunas palabras llenas de sarcasmos, las que no hicieron más que aumentar la separación entre el Cabildo y  el representante del poder real. Además, el Presidente en su obstinación por no comunicar nada y no dar participación alguna al Cabildo de Santiago agravó aun más dicha situación.

En esta sumatoria de conflictos faltaría a inicios de diciembre de 1809, la ruidosa separación del gobierno de Pedro Díaz de Valdés, alto funcionario de España en Chile que se dedicó a ejercer el puesto de regidor y asesor de la presidencia y vinculado a la familia Carrera mediante su matrimonio con doña Javiera. Este fue removido por Carrasco a través de una serie de agravios y molestias con el fin de obligarlo a abandonar su puesto.

Carmen Gloria Vilugrón Jara
Estudiante 3° Año
Licenciatura en Historia UCSC