Reducción de endeudamiento e inversión con recursos propios, permite afrontar proceso de Acreditación con mejoras en infraestructura, equipamiento y mayor capacidad en las distintas unidades, principalmente con foco a la investigación.
El orden en la gestión financiera de la Universidad, como parte de un programa que se comenzó a gestar desde 2016, se traduce en la consolidación del proyecto institucional de crecimiento hacia una universidad compleja, permitiendo afrontar el vigente Proceso de Acreditación con visible aumento en infraestructura, equipamiento y plantel humano, mejorando la capacidad de la Casa de Estudios.
Una sólida posición que superó los problemas financieros de la década anterior, frenando el endeudamiento, y alcanzando entre 2015 al 2019 una inversión cercana a los $5.500 millones con recursos propios, con una disminución de la deuda del orden de 10 mil millones.
“A través de una gestión ordenada, hemos tratado de adecuar la operación sin aumentar de ninguna manera nuestros pasivos o deudas, y solo dando cumplimiento a nuestras obligaciones financieras con las distintas entidades del mercado. Con nuestros ingresos, que en un 80 por ciento vienen del Estado por financiamiento por gratuidad, becas y bonos solidarios, podemos ir cancelando nuestras deudas y a la vez obteniendo márgenes, es decir, pagando nuestros gastos, tanto recurrentes como estratégicos”, señaló Claudio Silva Vicerrector de Administración y Finanzas UCSC.
Este gasto estratégico tiene que ver con fortalecer aquellas áreas que son necesarias de presentarse a un proceso de Acreditación robusto, entre ellas las de investigación y de gestión de distintas áreas administrativas. Claudio Silva destaca que “el objetivo es seguir siendo sostenible financieramente en el tiempo»
Por otro lado, la emergencia producto del Covid-19, ha hecho tomar medidas específicas y priorizar algunos aspectos que tienen que ver con el funcionamiento de la Universidad a distancia. El Vicerrector de Administración y Finanzas señala que “es un proceso nuevo, inesperado y complejo, pero que nos permite reorientar recursos, en el sentido de que se producen por este efecto de pandemia menores ingresos que los presupuestados, básicamente porque tendremos menos alumnos, y también algunos efectos de ayuda y apoyo a los estudiantes. Tenemos que implementar estas medidas que permitan llevar nuestro proyecto educacional a los estudiantes, implementándolas en poco tiempo, con un desembolso muy importante de recursos, apoyo a los estudiantes, becas, conectividad, equipamiento, computadores, entre otras cosas”.