Monseñor Fernando Chomali sostuvo que la dignidad del ser humano, así como la primacía de la ética sobre la técnica son algunos de los elementos que deben estar en el centro de una Carta Magna.
El Arzobispo de Concepción y Gran Canciller UCSC, Fernando Chomali, con su exposición “Visión antropológica: vida, persona y sociedad para una nueva Constitución”, dio inicio al segundo módulo del ciclo de charlas de formación sociopolítica “Una mirada cristiana del proceso constituyente”.
La iniciativa, organizada conjuntamente por la Pastoral de Educación Superior, la Vicaría de la Juventud de la arquidiócesis de Concepción, la Red Juvenil Ignaciana Bío-Bío y la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía de la UCSC busca aportar, desde la enseñanza social de la Iglesia, al análisis y diálogo sobre este importante proceso que está viviendo el país.
En el encuentro, la autoridad sostuvo que “detrás de una Constitución hay una visión del hombre, de la mujer, y surgen las preguntas sobre qué significa ser humano, qué significa el otro y ser comunidad. En una Constitución quedan plasmadas las respuestas a estas interrogantes, de manera explícita e implícita. Por lo tanto, al final, la Asamblea Constituyente va a ser un ejercicio fascinante de poder mostrar la visión antropológica que cada uno tiene y que va a regir nuestra estructura política”.
Asimismo, recalcó que la Constitución es la ley suprema y que la ley, por naturaleza, tiene que ser estable y justa. Sobre el rol de la fe en esta materia señaló que ella valora la razón como una forma de conocer, agregándole una visión del hombre y la sociedad que no se opone a la razón, sino que la enriquece.
Respecto a las antropologías que cree se van a encontrar en este ámbito estarían las siguientes visiones: determinista, que se manifiesta en pensar que unos son superiores a otros; sicologista, que reduce a la persona humana a su siquismo y lo limita a responder mecánicamente a sus estímulos; economicista, donde todo gira en torno al tener, al consumo y la competencia; estatista, donde hay una voluntad de que otros decidan por las personas y cientista, donde se cree que los problemas los soluciona la Ciencia.
Monseñor agregó que en el contexto de cómo el hombre, la mujer y la sociedad se vinculan con los demás, la Iglesia tiene una visión que plantea que es importante que haya leyes, así como elementos que deben estar en el corazón de toda Constitución, entre ellos, que el ser humano tiene dignidad, la que debe ser siempre reconocida para tener una sociedad justa y que implica que la persona está sobre las cosas, la primacía de la ética sobre la técnica y de los bienes espirituales por sobre los materiales.
De igual modo, sostuvo que la centralidad del ser humano debe ser, tanto la fuente desde donde brotan las leyes como el fin que estas deben tener, pues “una ley que no promueve a todo ser humano, sencillamente sería una ley injusta. El bien común implica la promoción de cada uno de los seres humanos y de todas sus dimensiones, entre las que no puede faltar la dimensión trascedente”.
El ciclo de charlas de formación sociopolítica continúa el próximo jueves, 13 de mayo, a las 19.00 horas, con la exposición de Arturo Bravo, académico de la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía.
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