Imagen de Virgen del Carmen Peregrina visitó Campus San Andrés

Publicado por el

Noticias, Pastoral

En el mes aniversario, la lluvia no impidió que decenas de miembros de la comunidad universitaria recibieran, en el Campus San Andrés, la imagen de la Virgen del Carmen Peregrina.
En el mes aniversario, la lluvia no impidió que decenas de miembros de la comunidad universitaria recibieran, en el Campus San Andrés, la imagen de la Virgen del Carmen Peregrina.

En una Eucaristía presidida por el Gran Canciller, la comunidad universitaria oró junto a la imagen que,  bendecida por el Papa Benedicto XVI, recorre las zonas afectadas por el terremoto del 27/F.

Centenares de funcionarios y estudiantes de nuestra Universidad esperaron el mediodía de ayer la llegada de la imagen de la Virgen del Carmen Peregrina al Campus San Andrés, lugar que fue parte del recorrido que la figura realiza por Chile, llevando sobre todo consuelo a las personas y familias que se vieron más afectadas por  la catástrofe del 27 de febrero.

La lluvia no impidió que decenas de miembros de la comunidad universitaria le recibieran en el estacionamiento de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, donde la imagen comenzó un breve trayecto por el Campus, acompañada por el padre Cecilio de Miguel, Director de la Pastoral.

Ya en la explanada ubicada frente a la DAE, autoridades, estudiantes y funcionarios, trasladaron la imagen en peregrinación hacia el Gimnasio, donde el grupo folclórico de la Universidad le dio la bienvenida. Asimismo, las distintas Facultades, Institutos y dependencias administrativas hicieron entrega de sus ofrendas.

Monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Concepción y Gran Canciller de nuestra Universidad, presidió una Misa dedicada a la Virgen y en su homilía recalcó cuatro aspectos que se pueden reconocer en la Virgen. Primero, que ella nos ofrece a su hijo Jesucristo para nuestra salvación. Segundo, que para constituirnos en una comunidad de hermanos, tenemos que superar nuestra autosuficiencia y emular su gesto de mano extendida,  a través de la construcción de un Chile más fraterno.

En tercer lugar, el Gran Canciller invitó a mirar el rostro de la Virgen y a reconocer en él la luminosidad de la paz y la belleza que cada uno debe aprender a irradiar en su propia vida como discípulos del Señor. Por último recordó que tras estos regalos, la Virgen espera que le ofrezcamos todos nuestros dones como signo de amor filial y de agradecimiento.