Contar con las destrezas y competencias que exige esta nueva realidad son parte de los desafíos que, para el docente del Departamento de Ciencias de la Comunicación, Fernando Gutiérrez, debieran asumir los futuros comunicadores.
Si bien en el contexto actual del país, las redes sociales han sido un importante canal de comunicación no es menos cierto que también han sido un medio para la difusión y viralización de noticias falsas o “fake news”.
“El «imperio tecnológico» nos ha traído avances maravillosos, pero también algunos efectos indeseados, como por ejemplo, la proliferación de datos falsos, que se masifican rápidamente, y llevan a las personas a adoptar posiciones y tomar decisiones erradas o parciales”, comentó el académico del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad, Fernando Gutiérrez.
El periodista (a la izquierda de la imagen) participó junto al docente de la Universidad de Concepción, Carlos Basso, en el conversatorio “Desafíos éticos de las noticias falsas”, organizado por el Tribunal de Ética del capítulo regional del Colegio de Periodistas que tuvo por objeto generar reflexión sobre este nuevo escenario, no sólo en los informadores, sino también en la comunidad en general.
Sobre el efecto de las “fake news” en la percepción de la realidad por parte de la población, Gutiérrez sostuvo que “hay una doble mirada: un dato errado puede llevarte, por la vía emocional, a tener opiniones y tomar decisiones erradas también. En ese sentido, de alguna forma limita tu libertad, porque condiciona tu ámbito de acción a contextos que son inexactos, falsos o manejados. A partir de allí surge la segunda mirada que digo: detrás de un dato falso hay también un emisor que intencionadamente busca influir en tu opinión y decisión. Ya sea por la primera o la segunda influencia, es un tema muy peligroso, que requiere debate, análisis y difusión.
Asimismo, el académico agregó que la entrega de información por parte de los medios necesita replantearse lo que se entiende como tal. “El mensaje informativo tiene una serie de características que derivan de la garantía que significa -o debería significar- que sea elaborado por profesionales: veracidad, utilidad, precisión, entre otros. El problema es que las redes sociales reducen el concepto de información a «datos» que circulan rápidamente, pero que no podemos asegurar que cuenten con la garantía profesional. A ello debemos sumar una necesaria autocrítica a la labor de los medios, principalmente televisivo, sólo por ‘mostrar’ o ‘transmitir’ y no necesariamente ‘informar’”.
Es por esto que Gutiérrez destaca la importancia de ofrecer al público información que sea de su interés, pero que cuente con una garantía profesional “O sea, información de calidad, pero para que esta exista, puede que no sea todo lo rápida e instantánea que se exige hoy. Algo así como «slow food» versus «fast food», acá sería «slow info»: con mejores ingredientes, mejor preparada y finalmente, más sana y mejor”.
Finalmente, el docente de la UCSC, hizo referencia a la formación de los nuevos profesionales, quienes, a su juicio, debieran contar con destrezas y competencias adaptadas a esta realidad. “Un ejemplo son las redes sociales, donde circula muchísima información, pero muchas veces no chequeada, entonces allí hay una destreza nueva que debe fomentarse en los periodistas: la comprobación. Así muchas otras: la interpretación, la conexión entre sucesos, la contextualización, por nombrar algunas”, concluyó el académico.