Proyecto ejecutado por este centro apoyó el trabajo de productores de la zona, a través de la implementación y difusión de tecnologías, así como de procedimientos para un buen manejo predial.
Fueron 20 los productores de Coelemu, Ranquil y Portezuelo quienes se vieron beneficiados con el proyecto “Implementación y difusión de alternativas tecnológicas para el desarrollo de vinos de calidad Premium en productores de vino del territorio Valle del Itata”, iniciativa desarrollada por el Centro de Estudios Ambientales de la UCSC (CREA) en estas comunas de la Región de Ñuble.
El proyecto tuvo una duración de 24 meses e incluyó actividades como implementación de estaciones demostrativas, muestras y análisis de las cepas, pruebas operacionales de tecnología, taller de transferencia, estudio de prospección de mercados y normativas, asesoría y talleres enológicos.
“En la zona abordada existe un potencial de escalamiento de una actividad vitivinícola que cuenta con una tradición, identidad e importancia en la región de Ñuble, y que, ya por años, ha venido desarrollándose en el Valle del Itata, para alcanzar mejores beneficios para sus habitantes. Como universidad regional, la UCSC, a través de nuestro centro, ha puesto el foco en poder proporcionar herramientas técnicas, tecnológicas y comerciales a los agricultores, para que estos puedan alcanzar mejores ingresos en beneficio de sus familias”, comentó Robinson Sáez, Jefe de Proyectos del CREA.
Dentro de los objetivos específicos de la iniciativa estuvieron la elaboración de un protocolo de sustentabilidad y de un manual de vinificación. El primero de ellos es un documento que busca implementar la sustentabilidad en la actividad vitivinícola del territorio, pasando por el uso adecuado del recurso hídrico hasta el manejo de residuos en el proceso de vinificación, siendo esto último de urgencia dado que los mercados de destino exigen cada vez una mayor rigurosidad en la elaboración del producto.
En tanto, el manual es una guía práctica para el desarrollo de los vinos, que aborda aspectos propios de la zona, la vendimia y la vinificación, terminando con información sobre agentes contaminantes y sanitización de cubas, lagares y bodegas.
“Este es un material valioso. Así lo han manifestado los beneficiarios y las Instituciones que fueron parte de este proyecto, tanto el Comité de Desarrollo Productivo del Bío Bío, el que financió gran parte del proyecto, como la Corfo de Ñuble, la que ve un potencial en este tipo de materiales para un territorio que cuenta con más de 300 productores de vino, muchos de ellos no formalizados”, agregó Sáez.
Para el Jefe de Proyectos del CREA, quien fue responsable de esta iniciativa, fue un privilegio poder trabajar con comunidades rurales, que ven en la labor que realiza la Universidad un apoyo a la materialización de sus sueños. “Es por ello que esto no termina acá, sino más bien fortalece una relación con la Región de Ñuble y, a la vez, nos propone un desafío para ir avanzando en transferir mejoras productivas e innovadoras para el desarrollo de sus actividades”, sostuvo.
Es así como mejorar aspectos en el desarrollo del producto, avanzar en el manejo del viñedo sin depender de insumos que contaminen el medio ambiente o que alteren la naturaleza de las viñas (algunas de ellas con más de 200 años) junto con explotar negocios vinculados al vino, como el Enoturismo, son algunos de los retos que, para el profesional, ofrece esta zona.
“El Valle del Itata se presenta con un potencial gigantesco para los productores, extendiendo y diversificando sus ingresos, y donde nosotros como Centro y Universidad podemos seguir aportando con nuestra experiencia y equipos técnicos”, concluyó Robinson Sáez.