Resultados de la consulta fueron dados a conocer en seminario que contó con los testimonios de la sicóloga venezolana, Luisana Parra y del mediador cultural del Cesfam Tucapel, Ernest Noel.
“La mía fue una migración obligada y azarosa. Mi idea no era salir de mi país, sino continuar desarrollándome académica y laboralmente allá. Hasta ahora, no he trabajado en mi área, pero tengo un trabajo estable. Busco más, porque tengo más que ofrecer. Busco una oportunidad, que los puentes se abran y me llamen por lo que soy y por la formación que tengo”.
Estas palabras corresponden a Luisana Parra, sicóloga clínica proveniente de Venezuela, con tres años de residencia en el país, quien junto al mediador cultural del Cesfam Tucapel, Ernest Noel relató su experiencia de vida a los asistentes del seminario “Proceso de Inclusión de Migrantes en Concepción”.
Una actividad organizada por el Departamento de Ciencias Sociales, la carrera de Trabajo Social y el Observatorio de Estudios de la Sociedad de la UCSC (OES), que contó con la participación de Alfonso Vera, del Departamento Pastoral de Migración del Arzobispado de Concepción y de Lorena Santacruz, venezolana asesora jurídica del Instituto Católico Chileno de Migración, Incami.
En el encuentro, también se dieron a conocer los resultados de la encuesta de opinión, realizada por el OES, “Proceso de Inclusión/exclusión laboral de Personas Migrantes en la Provincia de Concepción”, la que estuvo a cargo de las investigadoras y académicas de la Facultad de Comunicación, Historia y Geografía de la Universidad, Deisy García y Carola Salazar.
La consulta incluyó un total de 315 personas provenientes de Venezuela, Perú y Haití, mayores de edad, con al menos un año de residencia en el país y un mínimo de seis meses de experiencia laboral en Chile.
Principales Resultados
Si bien en términos generales, las percepciones son favorables, la encuesta arrojó que un 81% de los consultados dice haberse sentido excluido en su trabajo por el solo hecho de ser extranjero. Asimismo, el 66% cree que su condición de migrante afecta negativamente su proyección laboral y el 75% percibe que en su trabajo le atribuyen características negativas por ser migrante.
“En la actualidad, los puestos de trabajo que ocupa el migrante no corresponden a su perfil. El extranjero que llega ahora es más profesional y preparado, posee títulos y postgrados. Por lo mismo, es más difícil insertarlo en el mundo laboral, pues muchas veces necesita revalidar su título y no todos los países tienen convenio con Chile como es el caso de Venezuela”, explicó Lorena Santacruz.
De igual modo, la encuesta señaló que cerca del 60% de los consultados considera que las instituciones del Estado no entregan información comprensible acerca de los derechos y deberes que tienen como trabajador. En este sentido, los entrevistados pidieron que los trámites legales como visa, validación de estudios y obtención de carnet chileno sean más expeditos, porque les impide trabajar y generar ingresos.
“Esta es una gran barrera. Contamos con una bolsa de empleo para ayudar a la inserción laboral del migrante, pero esta realidad nos impide acercarnos a grandes empresas, las que por temas administrativos no pueden contratar a personas sin cédula de identidad. Es por ello que siempre nos enfocamos en las Pymes. No obstante, nuestra primera dificultad es explicarle al empleador que el migrante, para obtener el carnet que le está solicitando, requiere un contrato de trabajo para enviar solicitud de Visa”, agregó la asesora.
Por su parte, la investigadora Carola Salazar señaló que los resultados de este estudio permiten establecer que la inclusión de personas migrantes en la zona aún no está completa. «En las prácticas cotidianas como el trabajo diario, las conversaciones o en el transporte público es donde estas personas recienten más fuertemente el rechazo, porque sienten que los chilenos los tratan de forma diferente”.
Es por ello que la asesora del Incami recalcó la importancia de no dejarse llevar por los prejuicios e ideas preconcebidas, respecto a los extranjeros que llegan a Chile. “Hay que salir de los mitos, porque el chileno vive mucho de ellos y no se da cuenta de la riqueza que tiene el migrante, quien no viene a quitarle nada. Al contrario, viene a aportar y a enriquecer culturalmente al país”, concluyó.
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