Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, publicó carta pastoral en la que hace un llamado a reflexionar en torno a la educación de nuestro país.
Por Pabla Hormazábal N.
Monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción y Gran canciller de la UCSC, presentó el texto «Educar en el Siglo XXI: Carta a las Comunidades Educativas», carta pastoral en la que hace un llamado a reflexionar en torno a la educación de nuestro país.
En ella advierte sobre “colegios y universidades que se venden y se compran, como si las comunidades educativas fuesen cosas” y critica el sistema educativo que existe desde el punto económico, en donde las personas ven el dinero como un fin, y no como un medio para educar.
Habla sobre la injusticia de base que existe en el sistema escolar. Según un estudio de la Unicef del año 2006, el 75,2 % de los alumnos de nuestro país sufre algún tipo de violencia de parte de sus padres o parientes. El Arzobispo considera que una de las tareas más grandes que tiene el país es poder promover un sistema tal que, independiente del colegio donde cada persona se eduque, pueda tener acceso a una educación de calidad.
“Aquellos que tienen mayores recursos económicos, son los que se educan en los colegios con profesores mejor remunerados y en salas de clases, bibliotecas y laboratorios, mejor equipados y más amigables en invierno y en verano. Suelen ser colegios particulares y de muy alto costo. Aquellos que carecen de una vida que les permite estudiar tranquilos, se ven enfrentados a todas las dificultades que genera la pobreza: van a colegios donde los profesores tienen salarios claramente más bajos y tienen mayor inestabilidad laboral, las condiciones para estudiar no siempre son las más adecuadas y, además, se sienten más inseguros por la precariedad laboral de sus padres. A la luz de esta realidad, en Chile es fácil predecir quiénes obtendrán los mejores puntajes en el SIMCE y en la PSU”.
Asimismo, critica el haber dejado de lado los proyectos educativos que invitaban a los alumnos a reflexionar sobre “las grandes inquietudes que anidan en el corazón humano”, como los ramos de filosofía y ciencias humanas, que han sido reducidos en las mallas curriculares y han sido reemplazados por más horas de ramos científicos y tecnológicos. A su parecer, el gran cambio cultural que debiésemos producir es pasar de la lógica del competir a la lógica del compartir.
“En la actualidad, de manera implícita o explícita, encausamos excesivamente a los jóvenes a que estudien carreras que aseguren rentabilidad, más que felicidad. No deja de llamar la atención que un mes antes de que los jóvenes rindan la PSU aparecen en la prensa cuáles son las carreras más rentables (obviamente desde el punto de vista económico). Eso es una gran deformación del sistema educativo chileno. Es cosa de ver el aumento de oferta de carreras técnicas y la paupérrima oferta de carreras en el ámbito de la filosofía, la teología, las artes en general y las ciencias puras.”
El Arzobispo de Concepción también hace un llamado a incorporar el amor, el trabajo y la sabiduría: “Ese es el camino para modelar una sociedad más amable, más feliz, en definitiva, más plenamente humana”. A su parecer, con estas cualidades los ambientes escolares mejorarán significativamente: “En mi opinión, los colegios han de dedicarle más espacio a la reflexión y al diálogo acerca del sufrimiento y la muerte, el valor de los bienes materiales como medio y no como fin, la comunidad, la justicia social, el sentido de la vida.”
Finalmente, alentó a los colegios y universidades católicas a involucrarse en este necesario cambio, ya que “tenemos suficiente experiencia como para ser un aporte en la construcción de las políticas públicas en materia de educación. Nuestros colegios son valorados por la comunidad”.
Para leer la carta pastoral completa, ingresa aquí.