Seminario permitió a los asistentes conocer el trabajo realizado por distintas organizaciones en relación a esta problemática que, en la actualidad, afecta a doce millones de personas en todo el mundo.
“La trata de seres humanos es un crimen silencioso, de difícil identificación y de rentabilidad semejante al narcotráfico y al contrabando de armas. No perdona a ningún país y constituye una triste y desafiante realidad del siglo XIX”. Con estas palabras del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, se dio inicio al seminario organizado por el Departamento Ciencias Sociales de la Universidad, “Experiencias y desafíos para el abordaje de la trata de personas”.
En la jornada se abordó, desde distintas perspectivas, esta realidad que afecta a doce millones de habitantes en el mundo y cuyas principales víctimas son niños, niñas y mujeres. “Debemos sensibilizar a la comunidad sobre un tema, que es un fenómeno invisibilizado en nuestro país, pero que existe. Es una trata que se da de forma interna y que también cruza las fronteras”, comentó la académica y coordinadora del capítulo chileno del observatorio latinoamericano contra la trata de personas y el tráfico de migrantes, Verónica Gómez.
El seminario contó con las intervenciones de la directora ejecutiva nacional de la ONG Raíces, Denisse Araya, del encargado educación, promoción y estudios sede regional Biobío del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Harún Oda, de la coordinadora regional Coquimbo de la ONG Paicabi, Alejandra Cruz, y del fiscal adjunto de la Fiscalía Local de Concepción, Bernardo Orellana.
De este modo, los asistentes pudieron conocer sobre la experiencia de estas organizaciones en el ámbito de la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, así como en la formación de monitores para la prevención de este delito y el trabajo realizado con migrantes, entre otros.
“Nos queda mucho por hacer y avanzar en esta problemática. La mejor forma de hacerle frente es colaborándonos y uniendo fuerzas. Parte de nuestros objetivos como universidad que participa del capítulo chileno del observatorio latinoamericano contra la trata de personas es contribuir al análisis y reflexión sobre el tema”, concluyó Verónica Gómez.