Ceremonia congregó a representantes de los distintos estamentos de la Casa de Estudios, encabezados por el Rector de la UCSC, Christian Schmitz.
Con el propósito de poner en manos de Dios los sueños y esperanzas de los asistentes, y de pedir por quienes se han integrado, recientemente, a la Institución, se dio inicio a la misa de celebración del Día del Trabajador Universitario.
La Eucaristía fue presidida por el vicario de educación, presbítero Mauricio Aguayo, quien señaló a los fieles que esta conmemoración debía ser como las que realiza una familia e invitó a los funcionarios a colaborar en mantenerla unida, evitando fragmentarla, principalmente, a través de la envidia.
“Cuando se envidia al otro se está dispuesto a hacer cualquier cosa por tener lo que tiene el otro o por hacer lo que él hace. La envidia es capaz de provocar actitudes contrarias a los más mínimos principios de la convivencia social”, indicó el sacerdote.
Asimismo, el vicario recordó a los presentes las palabras del Papa Francisco que sostienen que el mundo está lleno de heridos de quienes la Iglesia debe hacerse responsable e instalarse, al igual que un hospital de campaña, donde ellos están, para sanar, curar y recoger.
“No debemos olvidar que somos llamados por Dios a colaborar en este proyecto universitario y que él mide nuestro actuar en relación a la incidencia que éste tiene en colocar una cuota de esperanza cristiana en los jóvenes que estudian en nuestra Universidad”, concluyó aguayo.
Al término de la Misa, los miembros de la comunidad universitaria se dirigieron al Centro de Eventos Los Castaños, para participar de una actividad de camaradería, organizada por la Dirección de Gestión de Personal.