El texto recoge entrevistas a los sobrevivientes del accidente carretero que el año 2006 dejó 19 músicos uniformados fallecidos.
Un emotivo toque de silencio ejecutado en trompeta por uno de los sobrevivientes cerró el lanzamiento del esperado texto que recoge los testimonios de los siete sobrevivientes del accidente carretero de Quelén Quelén el 2006, en el que murieron 19 integrantes de la Banda Instrumental del Regimiento Chacabuco de Concepción, se llevó a cabo con la presencia de familiares de los fallecidos y algunos de los sobrevivientes del trágico suceso. “Este libro es una bonita manera de homenajear a los compañeros que el día del accidente fallecieron”, señaló el Sargento Segundo en Retiro Rubens Rodríguez, víctima del bus que cayó al lecho del río Tucapel mientras se dirigía a Cañete.
Fueron dos proyectos FAE financiados por la Dirección de Extensión Académica y de Servicio, DEAS, de la UCSC que le dieron luz verde al libro “Sones de Banda. La tragedia de Cañete”, de las académicas de la Escuela de Periodismo Margarita Rodríguez Serra y Sonnia Mendoza Gómez. El primero, ejecutado el 2015, creó la revista online que lleva el mismo nombre, con los testimonios de los siete sobrevivientes del accidente de los músicos uniformados; el segundo, llevado a cabo el 2017, permitió imprimir ese trabajo como libro.
“Estoy súper reconocida del apoyo que nos brindó la directora del DEAS, Verónica Silva Madariaga. Un tremendo estímulo, sin duda, para visibilizar lo que se puede hacer desde la Escuela de Periodismo y la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales”, afirmó Sonnia Mendoza.
“Sones de Banda. La tragedia de Cañete” nace bajo el alero de El Penquista Ilustrado, EPI, periódico interno de la Escuela de Periodismo. “La idea surgió a fines de 2014, cuando la alumna Natalya Vidal, reportera por ese entonces del EPI, entrevistó a Jorge Miranda Pedreros, el Jefe Subrogante de la Banda Instrumental del Regimiento Reforzado N°7 Chacabuco, de Concepción, quien iba a cargo del grupo”, agregó Mendoza. De esa manera, luego de revisar la prensa de la época, pedir los permisos respectivos del Ejército y, como las mismas autoras señalan, “con harta paciencia y dedicación” se dio vida a esta pieza que rescata el patrimonio humano local de la región.