En la cuarta sesión de las Mesas Redondas sobre la Reforma Educacional, los participantes coincidieron en valorar la propuesta de un SUA, sin embargo, criticaron la falta de claridad en su implementación e hicieron propuestas.
La educación chilena aumenta las brechas entre escolares de establecimientos municipales y particulares, y al acceder a la Universidad, el reconocimiento al “mérito” aún no distingue en profundidad, dada la desigualdad que viven los jóvenes chilenos, las realidades que han debido enfrentar los postulantes. No se trató solo de una opinión durante la cuarta Mesa Redonda sobre Reforma a la Educación Superior en la UCSC, sino de parte de una exposición de cifras explícitas que grafican el contexto del país, ante un cambio al sistema.
Fue el Director de Docencia, Daniel Casanova, quien junto al Director de Admisión y Registro Académico (DARA), Cristián Cárdenas, y la estudiante de Historia, Francisca Mendoza, participaron como expositores en el encuentro de diálogo, realizado en el Auditorio San Agustín.
El Director de DARA hizo un detalla análisis de los artículos que están contenidos en el proyecto de Ley que se refieren al acceso y admisión a la Educación Superior, cuyo foco principal es la promoción de la equidad. El Director reconoció el valor de la propuesta que busca contar con procesos objetivos y transparentes, y con un Sistema Único de Admisión (SUA) e integrado, independiente de un organismo encargado de los sistemas de selección, sin embargo, criticó la falta de claridad conceptual y operativa y el condicionamiento a las carreras de pedagogías, lo que a su juicio podría hacer inviables algunas carreras.
La estudiante en tanto, también valoró la propuesta de un sistema de común acceso, sin embargo, observa que no define su obligatoriedad, y declaró que hoy la educación se mira desde una perspectiva económica, dejando de lado la defensa de ella como un derecho social. La joven fue crítica de la Prueba de Selección Universitaria PSU, señalando que es un sistema de selección segregador, como también de los sistemas de becas asociados a la prueba y al AFI.
La inequidad educativa al acceder a las IES
Finalmente fue el turno de Daniel Casanova, quien planteó la que a su juicio es la cuestión de fondo del proyecto de Reforma: ¿Por qué regular algo tan conectado con la autonomía de una Universidad como el perfilamiento de los estudiantes? De acuerdo al análisis que hizo de los resultados de la prueba SIMCE a nivel escolar, esta regulación se debe a la necesidad de justicia en la distribución de oportunidades, y la manera de resolverlo es a través de un SUA.
Casanova señaló que este es un punto a favor del proyecto de Ley, donde el elemento sustantivo de la discusión no es quién administra el SUA, sino conforme a qué criterios se distribuyen las oportunidades.
Al contrario de muchos críticos a la PSU, Casanova señaló que “los cambios en la prueba de selección no han resuelto ni disminuido la inequidad” argumentando que el acceso a la Universidad no se ha basado solo en los resultados de esa prueba, sino que también ha considerado los resultados en enseñanza media, a lo que actualmente se ha sumado el criterio de educación en contexto con la ponderación del ranking, excluyendo la capacidad de pago. Sin embargo, añadió, el hablar de mérito es aún poco realista, ya que actualmente éste no puede señalarse solo como responsabilidad de un joven de 18 años que ha debido afrontar diversas realidades de desigualdad previas al acceso a educación superior.
A través de una serie de gráficas, expuso que la educación escolar aumenta las brechas entre establecimientos municipales y particulares, sin embargo, al acceder a la educación superior, la inequidad es un problema sustantivamente visible en la región metropolitana. Por el contrario, las Ues. Regionales hacen un claro aporte a la inclusión, y son muy diversas en su composición social. Daniel Casanova concluyó sugiriendo que el SUA debe ser equitativo, considerando diversas variables, aspectos cualitativos e índices, para aumentar la inclusión.