El Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina de la UCSC, inaugurado en abril de este año, efectuó la primera Jornada sobre esta materia.
La memoria es frágil. Estudios sobre aprendizaje, señalan que una persona retiene un 10% de lo que lee, un 20% de lo que oye, un 30% de lo que ve, un 50% de lo que ve y oye, un 70% de lo que dice y escribe, y un 90% de lo que hace. Ante esas cifras, se evidencia que el aprendizaje activo es uno de los más efectivos.
Esto sustenta el creciente uso de la simulación clínica en las carreras de la salud, y en este contexto, este miércoles el Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina de la UCSC, efectuó la Primera Jornada en esta materia, que reunió a académicos de distintas carreras de la Facultad.
El Director de este Centro, el médico Nicolás Saá, fue el encargado de iniciar las conferencias de la jornada, que contó también con la intervención del académico Claudio Lermanda.
Como detalló el profesor Saá, el aprendizaje activo se desarrolla a través de modelos de simulación, la experimentación de una lección, o el diseñar y exponer una presentación. Así se fortalecen competencias como analizar, definir, crear o evaluar. Por otra parte, agregó el aprendizaje en el adulto debe considerar ciertos elementos, como el que la persona necesita saber por qué aprende, necesita estar motivado por resolver problemas, además de que el proceso requiere respetar las experiencias previas del individuo, y facilitar la aproximación y participación con él.
En este marco, la simulación clínica permite dar seguridad al paciente. “En muchos países –explica Saá- el médico antes de tocar a un paciente, debe lograr una certificación que se logra a través de un entrenamiento en simulación”. Además, dijo el director del Centro, la simulación clínica permite entrenar y reentrenar en diversas técnicas, mejorar desempeños individuales y de equipos, y desarrollar calidad, entre otros diversos factores.