Mesa redonda reunió a especialistas de distintas áreas en un debate orientado a los profesionales de la Salud, en una actividad conjunta entre el I. Superior de Bioética y la Facultad de Derecho.

Mesa redonda reunió a especialistas de distintas áreas en un debate orientado a los profesionales de la Salud, en una actividad conjunta entre el I. Superior de Bioética y la Facultad de Derecho.
“Le tengo mucha fe a la razón humana, un ala para conocer la verdad. No la debemos mirar a menos. Incluso, parto reivindicando al hombre en el valor de su naturaleza racional”. A partir de ese punto de vista abordó Monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción y Gran Canciller de la UCSC la objeción de conciencia en los profesionales de la Salud, un tema que cuenta con miradas antagónicas respecto de temas tan complejos como el aborto y la eutanasia. La discusión se desarrolló en una mesa redonda realizada en el Campus Santo Domingo de la Casa de Estudios, organizada por el Instituto Superior de Bioética y la Facultad de Derecho.
En el encuentro, Monseñor Chomali recordó que la conciencia moral es un acto propio del hombre que, si bien no lo sabe todo, tiene la capacidad de discernir. “Y este es un gran debate cultural hoy: “reconocer la verdadera realidad y hacerla propia o construir una a nuestro capricho”, enfatizó. Por su parte, el académico de la Facultad de Medicina y miembro del I. Superior de Bioética, Marcelo Lagos, defendió la necesidad de formar conciencia en los profesionales de la Salud desde dos dimensiones que deben combinarse sutilmente: la profesional y la personal. “Los fines de la Medicina si no se desdibujan en el actuar burocrático. La solución médica en embarazos vulnerables, por ejemplo, no es solo una decisión técnica”, ejemplificó el especialista.
Para concluir las exposiciones, el abogado y académico de la Facultad de Derecho Javier Molina se adentró en los aspectos jurídicos que rodean a la objeción de conciencia, equivalente en muchos casos concretos a la contraposición de dos derechos: el establecido en la ley y el de no actuar de una manera determinada por libertas de conciencia. Si bien resaltó que en Chile no existen normas concretas para aplicar dicha objeción, rescató tres posibilidades para los profesionales de la Salud: la interposición de un Recurso de Protección frente al Servicio de Salud Responsable, la aplicación de la Ley Zamudio o, en el sector privado, denunciar la vulneración de la libertad religiosa y de culto, resguardada por la Constitución.