UCSC y Salud intercultural en Cañete: rescatando el valor de la “machi”

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Instituto Tecnológico, Noticias

Dos figuras del ámbito de la salud, el médico y la machi, acercan dos mundos culturales. Un académico de la UCSC sede Cañete explica cómo ambos trabajan al servicio del paciente.

En un machitún, el o la machi consideran todo el entorno del enfermo.
En un machitún, el o la machi consideran todo el entorno del enfermo.

Dos figuras del ámbito de la salud, el médico y la machi, acercan dos mundos culturales. Un académico de la UCSC sede Cañete explica cómo ambos trabajan al servicio del paciente.

Es una zona de encuentros y desencuentros culturales desde hace más de 500 años. En Cañete, y en un ámbito tan sensible como la salud, un grupo de personas de los mundos “huinca” y “Mapuche” se reúnen en un ámbito común: atender al enfermo, que busca todo lo que está en sus manos para recuperarse.

Lo que hace 12 años era algo impensado, explica en médico y académico de la UCSC sede Cañete, Nelson Vergara, hoy ya lo practican en parte en la Hospital de esa ciudad, a través de la unidad de salud intercultural. Vergara incluso dio inicio el año 2013 al Diplomado en Salud Intercultural en la UCSC, con la finalidad de entregar a los profesionales y estudiantes del área de la salud, más herramientas para enfrentar sin prejuicios esta realidad de encuentro. La semana pasada comenzó la segunda versión del programa.

Vergara, que tiene más de 20 años trabajando en contacto con el mundo Mapuche desde los trabajos voluntarios que realizaba cuando estudiaba medicina en la UdeC, detalla que una de las primeras muestras de esta interculturalidad está en la atención al paciente: existe una derivación de un escenario a otro: desde la machi al médico, y desde el médico a la machi. Incluso, señala, dos de cada tres personas que atiende esta autoridad mapuche son “huicas”, no indígenas.

Tradiciones en salud

La figura del machi -hombre o mujer- usa técnicas distintas a la medicina occidental. Para hacer su diagnóstico, habla con la persona, pero sobre todo, habla también con la familia, considerando todo el entorno del enfermo. Observa los fluidos corporales, como la orina y la saliva, y también la ropa, pues su interés está en analizar la energía de la persona. Si bien ha sido objeto de crítica, porque se trata de un elemento occidental, usan también fotografías, porque asumen que la impresión de la imagen toma energía de la persona.

Para buscar la recuperación, el o la machi recurre directamente a la naturaleza y a los ritos de su cultura. Los remedios se encuentran en las plantas, y cada una tiene un uso particular. Paralelamente, toma en cuenta la época, la estación, y el modo en que la toma de la naturaleza, con profundo respecto. El sueño, será el modo en que se revelará la forma perfecta para combinar las hierbas, explica Vergara, y todo esto se efectúa en un contexto propio de su cultura, con ceremonias y ritos para que el tratamiento sea efectivo. El mundo físico, espiritual, cultural y natural están contenidos en la atención al enfermo.

El Dr. Vergara agrega que aún existe escepticismo y celo en la medicina occidental, sin embargo, dice “no todo lo que hacemos en medicina está demostrado científicamente. La salud es un arte empírico”. El académico de la UCSC explica que ha podido ver cómo una persona cuyas heridas en una pierna eran de tal avance, que en la medicina occidental habrían significado su amputación. Sn embargo, las curaciones que combinaron las técnicas de enfermería con las hierbas mapuches lograron la recuperación del paciente.