Ambos conflictos que afectan gravemente al Chile de hoy fueron abordados desde sus diversas aristas en seminario organizado por el Instituto Superior de Ciencias de la Familia de la UCSC.

Ambos conflictos que afectan gravemente al Chile de hoy fueron abordados desde sus diversas aristas en seminario organizado por el Instituto Superior de Ciencias de la Familia de la UCSC.
Un niño abusado no ve menoscabado únicamente su cuerpo producto de ese ataque. El abuso sexual de menores afecta íntegramente a la persona que se encierra en ese menor, víctima de un acto que en lo concreto es todo lo contrario a la sexualidad humana natural y basada en el amor. Las afirmaciones del gineco-obstetra Juan Francisco Stecher, académico de la Facultad de Medicina y el Instituto Superior de Bioética de la UCSC, buscan explicar de algún modo el daño integral que provoca en un ser humano este flagelo que se instala persistentemente en la realidad actual.
Orientada a la dignidad del cuerpo y una visión integral de la corporeidad, la ponencia de Stecher se enmarcó en el Seminario “Abuso de menores y embarazo infantil”, realizado en el Aula Magna y organizado por el Instituto Superior de Ciencias de la Familia (ISCF). La actividad abordó ambos conceptos desde las perspectivas clínica, bioética, moral y educativa, con un especial hincapié en la prevención de estos fenómenos que afectan a niños y adolescentes.
Un rol fundamental para reducir los delitos sexuales contra menores y también el embarazo adolescente -considerado en Chile un problema grave de Salud Pública-, lo juega la familia, a cuyo actuar se suman el sistema escolar y la comunidad educativa en general. “No hay soluciones completas para estos temas, pero sí puede llegarse a algunas que sean satisfactorias. Y no basta con fomentar la autoprotección. El conflicto puede ser provocado por alguien del entorno más cercano del niño y frente a eso es muy difícil incentivar una actitud defensiva, por ejemplo”, enfatizó Claudia Pedreros, Directora del ISCF de la UCSC.
A juicio de la profesional, el contexto familiar no está brindando el apoyo necesario a los menores, debido a carencias presentadas en dos ámbitos: el individualismo que predomina en la institución familiar y la permeabilización de los límites en los roles de sus integrantes. “Estamos en crisis, pero debemos aprovecharla como una oportunidad de cambio a favor de nuestros niños y adolescentes”, recalcó Claudia Pedreros. Otro énfasis de la actividad recayó sobre la necesidad de internalizar un código deontológico que se sume a las acciones de los ministerios de Justicia, Salud y Educación. “Y ante la sospecha argumentada de situaciones de abuso, o la certeza de éste, estamos obligados a denunciarlo. Quien no cumple con ello se asume cómplice de la situación”, recalcó la académica UCSC.
Del encuentro, dirigido a directores de establecimientos educacionales, profesores, orientadores e incluso estudiantes, participaron además del R.P. Luis Rifo, académico del Instituto de Teología que abordó el contexto moral y bioético de ambos fenómenos en discusión; y el Dr. Marcelo Lagos, académico de la Facultad de Medicina y responsable de detallar las complejas consecuencias físicas del abuso y embarazo de menores, a partir de experiencia clínica comprobada.