Monseñor entrega lineamientos de fe, razón y caridad a académicos

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Gran Canciller recordó hipoteca social de los fieles y que “la fe sin obras está muerta”.

“Es un fracaso si en la Universidad los alumnos están preocupados del 4 y no de aprender”, aseveró Monseñor, quien instó a vivir la excelencia a la que invita la Iglesia.

Gran Canciller recordó hipoteca social de los fieles y que “la fe sin obras está muerta”.

“Es poco para la Universidad enseñar a los jóvenes un oficio. Lo que queremos es que se conozcan de modo adecuado a sí mismos, al mundo y a Dios. Que esta Universidad no se fije metas bajas. No podemos conformarnos con poco”, aseveró un enfático Monseñor Fernando Chomali, Gran Canciller de la UCSC, en un encuentro celebrado con autoridades, académicos y directivos. El Arzobispo de Concepción recalcó también que “la fe mueve a la razón a no estar en el aislamiento”, y que como Universidad estamos obligados a la excelencia académica.

Las afirmaciones de Monseñor Chomali se basan en el diálogo sostenido en Casa Betania con el cuerpo directivo y académico de la UCSC, orientado a analizar los resultados del encuentro celebrado el 23 de octubre entre el Gran Canciller y el mismo grupo de trabajo. La jornada se inició con la exposición de la Secretaria Académica de la Facultad de Educación, María Daniela Raby, quien ofreció un compilado de los resultados  fundamentales de la reunión anterior. En torno a esos puntos, el Arzobispo entregó algunos lineamientos que deben conducir a la UCSC en su quehacer, de la mano con el Plan de Desarrollo Estratégico Institucional. El encuentro finalizó con las palabras del rector, Juan Miguel Cancino, quien agradeció la oportunidad de intercambio y conocimiento  brindada por el Gran Canciller.

Los elementos resaltados por Monseñor en su exposición apuntan al inminente reforzamiento de tres aspectos en el quehacer de la Universidad. Recalcó la necesidad de un enraizamiento más profundo de Fe y razón, de Fe y cultura, a partir de la integración interdisciplinaria del saber académico. “Es evidente que no le vamos a preguntar a nuestros estudiantes cuál es su religión, porque eso no se hace, pero sí podemos tener la convicción de comunicar principios éticos para sus vidas”, indicó el Gran Canciller, instando a los académicos a ser ejemplo y a tener en cuenta que “ninguna ciencia, por sí misma, alcanza a captar al ser humano en todo su misterio”.

Un segundo elemento resaltado por Monseñor Chomali fue la necesidad de mayor presencia de Fe y caridad al interior de la institución, a la par de la vocación intelectual y académica. Y como forma de vivir la Fe en la Universidad propuso el servicio, aplicado incluso con nuevos métodos. Su propuesta de proyecto educativo considera que la UCSC asuma un campus práctico para promover su conocimiento en la Ciudad del Niño, que el Arzobispado retomará en enero. “Hay más de 400 niños vulnerables que necesitan no sólo preocupación afectiva, sino también efectiva. Es un lugar extraordinario para prácticas profesionales”, detalló quien también recordó que el Año de la Fe es un momento ideal para iniciar ese trabajo, y que la Fe sin obras “está muerta”.

Como tercer punto destacado, el Arzobispo de Concepción abordó la necesidad de promover la mística al interior de la institución, que se traduce en la pertenencia a la UCSC. Como pasos previos, su propuesta contempla justamente que esa mística parta del servicio, el diálogo y la comprensión de la propia autoridad como vocación de servicio centrada en el alumno y conducida por el conocimiento. “El bien de una persona es el conocimiento. La idea es que cuando nuestros estudiantes pisen esta Universidad, lo sepan. Que nuestra generosidad pase por entregar lo que se sabe a los demás (…) y que ellos comprueben que el saber tiene cuerpo a partir de un movimiento universitario”, afirmó.

Para concluir, el Gran Canciller de la UCSC recalcó a los presentes una idea siempre presente en su discurso: “no hay lugar más atractivo que la Universidad para trabajar y eso debemos asumirlo con amor, con pasión y con convicción”. Aseveró también que la Fe es un aporte a la sociedad, pues desde ahí se reconoce mucho mejor la dignidad del ser humano. “Y la Universidad es privilegiada para transmitir esa verdad”, finalizó.