Se trata de la séptima versión del exitoso programa de postgrado impartido por la UCSC.

Se trata de la séptima versión del exitoso programa de postgrado impartido por la UCSC.
Con 21 matriculados inició formalmente sus actividades el Magíster en Ciencias de la Familia del Instituto de Teología de la UCSC. Y para partir con el quehacer 2012 del consolidado programa, la Unidad Académica ofreció una Misa en la Capilla Santa María Reina, en la cual participaron las autoridades y académicos del Instituto de Teología, además de los nuevos estudiantes.
Una vez finalizada la Eucaristía, los participantes se trasladaron hasta el Auditorio San Agustín de la Facultad de Ingeniería, donde se realizó un breve acto académico encabezado por el Director del Instituto, Dr. Juan Carlos Inostroza.
La promoción 2012 del Magíster continúa caracterizándose -al igual que las seis versiones anteriores- por su naturaleza interdisciplinaria, especializando profesionales en el ámbito de la orientación y mediación familiar, a partir de una sólida formación en materia de matrimonio y familia, por un periodo total de tres semestres que contemplan el desarrollo de la tesis correspondiente.
El Magíster en Ciencias de la Familia impartido por la UCSC cumple con las exigencias establecidas por el reglamento en materia de Matrimonio Civil y Tribunales de Familia del Ministerio de Justicia del Gobierno de Chile: 180 horas académicas y 40 horas prácticas en base a casos reales, requisito ineludible para ser Mediador Familiar.
El Orientador Familiar es un profesional que con metodologías específicas, colabora con el núcleo familiar con el fin de fortalecer sus propios recursos, y permitir que los vínculos que unen a sus integrantes sean no sólo los adecuados, sino también eficaces. Paralelamente, el Mediador Familiar cuenta con formación especializada, que favorece la comunicación entre las partes, y promueve tanto libertad como dignidad de las personas. Persiguen que la pareja conyugal llegue a acuerdos beneficiosos para todos los involucrados en eventuales conflictos, protegiendo los intereses de los más desvalidos si los hubiera.