Medios silenciados, amedrentamientos y asesinatos, fueron parte de las condicionantes abordadas por académicos de México, Ecuador, Colombia y Chile.
En 2015, un grupo de universidades de América Latina, entre ellas la UCSC, inició un espacio investigativo conjunto para determinar las principales condicionantes que afectan las rutinas periodísticas y que impiden el desarrollo de un periodismo de calidad, el que se tradujo en más de diez productos de divulgación científica. Para revelar la importancia de la investigación comparada, académicos de estas instituciones participaron del conversatorio internacional “Violencia e inseguridad: limitantes del periodismo en Latinoamérica”.
El encuentro comenzó con la exposición de Patricio Aguirre, de la Universidad Veracruzana. “Efectivamente las realidades pudiesen ser semejantes, pero hay condicionantes que también son específicas para cada región. En el caso de México, este es considerado uno de los países más convulsos y peligrosos para ejercer el periodismo, debido a la gran cantidad de periodistas asesinados. Tan solo este año, ya van 22 profesionales a quienes se les ha dado muerte por diversas causas. Esta es una condición que ha permeado todas las esferas sociales y no existe una protección cabal para ellos. Hay muchas organizaciones (nacionales e internacionales) que están exigiendo su protección”, afirmó.
Por su parte, el docente de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Javier Ferreira, explicó que en Colombia la violencia hacia el periodismo se traduce en periodistas y medios silenciados, exilio, profesionales asesinados, así como atentados a infraestructura de medios de comunicación. A ello agregó que la democracia necesita de quienes informan y esa información está permeada por la violencia. “La libertad se hace en base a buenas decisiones y estas se toman con buena información. Esa es la misión que deberíamos tener los periodistas, pero en el país esto se ha desdibujado”.
La realidad de Ecuador fue dada a conocer por Juan David Bernal, de la Universidad de los Hemisferios, quien comentó que entre 2007 y 2017 se instauró una Ley Orgánica de Comunicación, considerada por los expertos como ley mordaza, que sancionó a muchos profesionales y multó a medios de comunicación, obstruyendo el ejercicio del periodismo. Asimismo, de 2017 a 2020, se desmontó esta normativa y se firmaron acuerdos que trataron de recuperar la acción realizada por los medios.
“En tanto, de 2020 a la fecha se comienza a ver que los problemas que tienen México y Colombia son más latentes en Ecuador. Si bien no tenemos índices altos de muertes de periodistas, sí tenemos la presencia directa de carteles internacionales en el país, cada vez más amenazas a estos y a los medios de comunicación, marcando un contexto distinto al ejercicio del periodismo”.
El conversatorio finalizó con la exposición del académico UCSC, Fernando Gutiérrez, quien sostuvo que, al momento de hablar sobre violencia hacia los periodistas, en la investigación comparada, ese ítem propiamente tal no apareció en la situación chilena, pues el acento local estuvo puesto en aspectos como: condicionantes de trabajo, crítica hacia la formación recibida, relación laboral y contractual, situación salarial, así como en sistema mediático local concentrado y poco diverso.
“Si miramos hoy esta realidad de violencia e inseguridad, podríamos decir que esta no ocurría en Chile. En este último tiempo han acontecido una serie de sucesos que, a mi juicio, deben despertar nuestro interés y nuestra atención como agresiones físicas y amedrentamientos. Según datos del Observatorio del Derecho a la Comunicación, desde octubre de 2019, las cifras de agresiones y de detenciones a periodistas en Chile son las más altas desde el retorno a la democracia, en 1990”.