Texto del Arzobispo de Concepción propone al quehacer publicitario contribuir a reivindicar la dignidad de la persona humana y fomentar sus valores más propios como lo son la verdad, la auténtica libertad y la solidaridad.
“Estamos invadidos de publicidad. Donde se vaya, donde se mire, en lo que se escuche, nos están tratando de persuadir para que compremos algún producto o solicitemos algún servicio. Es casi infinita la lista de lo ofrecido, y no sólo de Chile, sino que de todo el mundo. Aparecen por doquier, y, de una u otra manera, influyen en nuestra vida”. Con estas palabras, el Arzobispo de Concepción y Gran Canciller de la UCSC, Fernando Chomali, da inicio al texto en el que reflexiona sobre la ética en la publicidad.
La autoridad eclesiástica sostiene que esta industria es potente y mueve mucho dinero, porque es instrumental a la cultura de nuestra sociedad que gira casi exclusivamente en torno al consumo, pero que, desde el punto de vista ético, existen pocos análisis de este fenómeno. “Creo que hace falta generar y socializar un análisis más detallado acerca de este sistema para ver si es o no fuente de felicidad, si ayuda o no a que tengamos una sociedad más fraterna, justa y en paz, y qué vínculos existen entre un cada vez mayor sentimiento de malestar, y el sistema de intercambio de bienes y servicios que nos rige”.
¿En la actualidad la publicidad está al servicio del ser humano o el ser humano al servicio de ésta? Monseñor realiza esta pregunta, afirmando que no es una actividad neutra, puesto que atañe aspectos fundamentales de la vida de las personas como lo es, por ejemplo, su libertad. “Frente a una publicidad persistente que nos ofrece bienes y servicios que nos quieren hacer creer que los necesitamos para realizarnos como personas ¿somos verdaderamente libres?”.
Asimismo, hace referencia al documento, publicado el año 1997, del Pontificio Consejo para las Comunicaciones titulado “Ética de la publicidad”, el que plantea tres principios morales fundamentales a la hora de realizar la publicidad de un producto: la veracidad, la dignidad de la persona humana y la responsabilidad social.
“Es de una actualidad tal que me ha parecido importante volver a presentarlo por el interés que puede suscitar tanto en aquellos que solicitan y producen, como en quienes ven publicidad. También espero motivar para que sea texto de estudio en las carreras vinculadas al comercio, al marketing, a la sociología y las finanzas”, comenta el Gran Canciller.
Sobre el rol de los publicistas afirma que están llamados a usar el inmenso poder que tienen para formar las conciencias, así como para generar ambientes auténticamente humanos fundados en la verdad del ser, y su anhelo de crecimiento y de vivir en una sociedad justa y fraterna. “El desafío aquí propuesto es transformarlo en un elemento que reivindique la dignidad de la persona humana y fomente sus valores más propios como lo son la verdad, la auténtica libertad y la solidaridad».
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