En su prédica, el Director de la Pastoral Universitaria, presbítero Víctor Álvarez, llamó a los fieles a vivir el nacimiento de Jesús con acciones concretas hacia quienes los rodean.
“Lo que celebramos en esta fecha es que Dios, por el gran amor que nos tiene, se hace uno de los nuestros”, sostuvo el Director de la Pastoral UCSC, presbítero Víctor Álvarez, en la tradicional Misa de Navidad realizada de manera presencial en la Capilla Santa María Reina del Campus San Andrés. En la eucaristía, que también se pudo seguir por Zoom y redes Sociales, el sacerdote agregó que a partir del nacimiento de Jesús se inicia un tiempo nuevo que no tendría sentido si no se hace presente en la vida de cada persona.
“Es el inicio de una realidad nueva. Es un niño envuelto en pañales, donde la lógica de Dios es distinta a la nuestra. Donde comienza todo desde lo pequeño, desde lo que, aparentemente, a los ojos del mundo no cuenta. Desde ahí comienza la salvación. Donde Cristo irrumpe para invertir de manera absoluta todos nuestros criterios y los valores con los que vamos construyendo nuestra vida y sociedad. El centro no está puesto en nosotros, sino más bien en una vida donada, en una vida regalada”.
Asimismo, señaló que los fieles se preparan para Navidad siendo conscientes de lo frágil que son e hizo un llamado a vivirla con algo concreto como conversar con un familiar al que no se ha visto hace tiempo o acompañar a alguien que lo necesita, pues María y José peregrinan en este mundo y, lamentablemente, muchas veces, como en aquel tiempo, no vuelven a encontrar posada.
De igual modo, sostuvo que la luz del nacimiento del Señor manifiesta que la humildad vence a la arrogancia, la sencillez al consumo, así como la paz y la alegría profunda a toda tristeza y oscuridad. “Queremos dejar que esta luz ilumine nuestro tiempo y sociedad. Es una luz para mirar de una forma distinta, que significa hacerlo desde el amor”.
Al finalizar la ceremonia, el Director de la Pastoral hizo un llamado a los presentes a preguntarse dónde Dios quiere irrumpir con esta nueva vida y con qué personas cada uno puede compartirla.