Dra. Nolfa Ibáñez, investigadora y directora del programa de Doctorado en Educación de la UMCE, compartió una charla en el marco de la Semana de Postgrado.
“La comprensión de la diversidad como base del trabajo inter y transdisciplinar en educación superior” fue el título de la charla que compartió la Dra. Nolfa Ibáñez, Premio Nacional de Educación 2021, en el marco de la Semana de Postgrado UCSC.
La expositora, quien es la primera educadora diferencial en recibir el reconocimiento, es exdirectora Liceo Experimental Manuel de Salas, e investigadora y directora del programa de Doctorado en Educación de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (Umce).
En la oportunidad, el Vicerrector de Investigación y Postgrado de la UCSC, Dr. Antonio Brante, expresó que “es un honor contar con la presencia de la Dra. Nolfa Ibáñez, con la merecida distinción recibida como Premio Nacional 2021, que reconoce su importante aporte a la comprensión y valoración de la diversidad en todas sus expresiones y en todos los distintos ámbitos del quehacer educativo. En este contexto, la Dra. Ibáñez nos presenta temáticas contingentes para la academia, como lo es el trabajo interdisciplinario y transdisciplinario. Es claro que los grandes desafíos que enfrentamos hoy como sociedad son de extrema complejidad que requieren un abordaje transversal y colaborativo”.
Comprender la diversidad
En su exposición, la Premio Nacional 2021, abordó la necesidad de generar un trabajo interdisciplinario en la investigación y en la academia en general, como primer paso para alcanzar la transdisciplinariedad, como articulación horizontal de distintos marcos de referencia. Proceso que debe incorporar otros sabes no necesariamente ligados a la academia, como el conocimiento campesino y el conocimiento indígena, como parte de la diversidad.
-¿A qué apunta el concepto de diversidad en el trabajo y qué abarca?
-La investigación internacional habla de una nueva manera de enfocar el trabajo investigativo en la academia, aceptando otras epistemologías, otras miradas. La concepción de diversidad es fundamental, porque cuando se habla de diversidad el imaginario colectivo asume que es cualquier cosa “menos buena que uno”, es decir, lo que sea diverso es siempre asumido al inicio como peor. Hemos trabajado durante muchos años en una resignificación de la comprensión de diversidad, a partir de entender que la diversidad es propia de todo grupo humano, y, por lo tanto, convicción de la situación educativa. En un marco epistemológico que es muy distinto del positivismo, que tiene que ver con la comprensión de que el mundo se construye, no está ahí, no nos informa de cómo es, sino que somos nosotros, como observadores, los que construimos y hacemos la interpretación del mundo.
-En ese sentido, ¿en qué pie están las universidades chilenas en cuanto a incorporar disciplinas diversas en sus estructuras de trabajo?
-Las universidades, en general, especialmente las tradicionales, tienen ganas de hacer innovación, tienen ganas de atreverse. Pero se encuentran con un sistema que pone el énfasis en el control y rendición de cuentas, no en la comprensión de la diversidad, ni posibilitar espacios para que las personas puedan mostrar sus talentos. Estamos en un momento histórico en Chile donde podríamos atrevernos mucho más que en otros momentos, pero todo depende de las personas. No hay ningún reglamento, ley ni premios nacionales que puedan hacer los cambios: quienes tienen que hacerlos son los que están en la acción docente, en la interacción profesor-estudiante y profesor-profesor.
-¿Qué universidades sí han adoptado esta forma de trabajar?
-Universidades en Finlandia, los postgrados de la Universidad de Manchester. En Chile hemos tenido experiencias que se han desaprovechado por parte de las universidades en que se han hecho, tanto en el cambio en el enfoque disciplinar efectivo como en la transdisciplina. Todavía hay mucho que avanzar.