La propia comunidad universitaria plantó las primeras 12 especies nativas que conformarán esta área verde ubicada en los nuevos terrenos del Campus San Andrés.
Bajo una fuerte lluvia – que fue recibida como señal de bendiciones por la comunidad universitaria-, este martes vio la luz el nuevo Parque Central de la UCSC, un espacio de áreas verdes que sumado a la moderna cancha sintética de fútbol, comienza a dar vida a los nuevos terrenos que nuestra Universidad posee en el Campus San Andrés.
Representantes de cada una de las Facultades e Institutos fueron los encargados de plantar las especies que conforman el parque. Entre ellas se cuentan ejemplares de canelo, roble, raulí, maitén y patagua, por nombrar algunas.
Asimismo, el Gran Canciller y Arzobispo de Concepción, Monseñor Ricardo Ezzati, y el Rector, Dr. Juan Cancino, acompañados por las máximas autoridades de la UCSC, plantaron dos araucarias en este pulmón verde diseñado por la paisajista Loreto Crovo. El parque rodeará un curso de agua que emanará desde un estanque ubicado junto al futuro Polideportivo de la UCSC, parte del proyecto de Ciudad Universitaria diseñado para el Campus.
En su discurso, el Rector señaló que la bendición de este nuevo espacio es una continuación de las acciones tendientes a dar presencia a árboles y jardines en el Campus San Andrés. “No se trata ya de (plantar) unos pocos árboles periféricos o en algún rincón del Campus, sino de generar un amplio espacio forestado”. Refiriéndose al significado de las dos araucarias, la autoridad declaró: “que sea éste un símbolo de lo que la Universidad está llamada a ser: fuerte y alta entre sus iguales, no por lo que tiene, sino por lo que es y sobre todo por lo que, con la ayuda de Dios, está llamada a dar, por el bien del hombre y la sociedad”.
El Gran Canciller, quien bendijo el nuevo Parque Central, expresó, en tanto, su profundo deseo que bajo la sombra de estos árboles, muchos jóvenes se sientan fulgurados por el llamado de Dios a cumplir su vocación de hombres y mujeres para servir a la sociedad, teniendo presentes el valor de la ecología y de la naturaleza creada por Dios para el desarrollo de la persona humana.