
Tras su presentación del martes, el maestro invitó a dos pequeños músicos a participar en un distendido ensayo.
Puntuales y emocionados llegaron hasta el Aula Magna de nuestra Casa de Estudios dos pequeños músicos invitados por Roberto Bravo a compartir un ensayo.
Vicente Rojas y Sebastián Coronado, tras asistir a la Tertulia Poético Musical que ofreció el maestro, tuvieron el privilegio de participar en la jornada que terminó en una verdadera cátedra.
Vicente, de sólo 8 años, sentado en el banquillo frente al piano, apenas toca el suelo, pero sus dedos se desplazan con agilidad sobre las teclas. La inocencia de su niñez, lo hace enfrentar con naturalidad la presencia del connotado pianista, quien lo observa con atención mientras interpreta.
“Vicente necesita corregir rápidamente la postura de sus manos, adolece de una mala preparación técnica, que necesita ser corregida, porque tiene mucho potencial, tiene muy buen oído, buen ritmo, pero no están bien enseñados técnicamente”, evaluó el maestro.
En tanto, el pequeño músico comenta que: “antes de conocer a Roberto Bravo, ya tocaba, pero cuando lo escuché me gustó tanto que seguí y he progresado”, indicó.
Por su parte, Sebastián, de 16 años, fue el otro afortunado que pudo ensayar junto al concertista.
“Nunca había tenido la posibilidad de verlo. Esto es como una señal que la música es mi camino, sobre todo ahora que mi familia me compró un piano, yo quiero ser un gran músico”, comentó emocionado.